Raquel Arbaje, quien desde el 16 de agosto llevará el título de primera dama de la República, tiene claro lo que quiere y no quiere hacer cuando su esposo Luis Abinader asuma las riendas del país.
No quiere populismo, no quiere un presupuesto de 900 millones de pesos, ni un despacho con cientos de empleados, ni llamarse a sí misma “la Primera Dama de la República” ni vestir siempre elegante porque su interés es estar de cerca con las personas.
Desde que se retomó en la prensa la decisión de Arbaje de no tener un Despacho de la Primera Dama, mucho se ha hablado de lo que pasará con los programas que desde allí se manejan, algo que tanto ella como Abinader aseguran se mantendrán y serán dirigidos a las instituciones correspondientes.
“Yo quiero que el gobierno funcione, no lucirme yo “ay la primera dama”. La primera dama somos todas las mujeres dominicanas”, dijo.
Sobre el tema dice “actualmente el Despacho tiene aproximadamente más de 600 personas en nómina, no lo critico porque cada persona tiene su impronta, pero yo me conformo con seis personas”.
A su juicio la libertad de prensa, la eficiencia en el gasto y el manejo digno del estado será vital, tanto así que, a pesar de no ser una decisión tomada, en una entrevista difundida hoy dijo que tanto ella como su marido están “considerando no hacer la fiesta en Palacio” “¿Vamos a estar celebrando cuando hay tanta necesidad, cuando han muerto 800 y pico de dominicanos?”, cuestionó, aunque hizo la aclaración del beneficio que estas celebraciones dejan para la economía local, pero contraponiendo esto a la situación sanitaria que vive el país y manda a evitar aglomeraciones.
Fuente: El Pregonero.