Casi tres años después de que el huracán María arrasó Puerto Rico, decenas de miles de hogares siguen presentando daños graves, muchos residentes enfrentan la temporada de huracanes bajo tejados de carpa azul y el primer gran programa de la isla para reparar y reconstruir casas no ha completado siquiera una.
María azotó más de 786,000 viviendas el 20 de septiembre de 2017, causando daños menores en algunas y arrancando otras de sus cimientos. Un programa con fondos federales administrado por las autoridades locales realizó reparaciones relativamente pequeñas en unas 108,000 viviendas el año siguiente, e iglesias y ONGs arreglaron miles más con fondos privados.
El plan del gobierno puertorriqueño conocido como R3 es la primera gran iniciativa del territorio estadounidense para realizar grandes reparaciones y reconstruir casas dañas o destruidas. Cerca de 27,000 propietarios se han inscrito pero, casi un año y medio después de la liberación de fondos federales a funcionarios locales, no se ha completado ni un solo trabajo de reparación o reconstrucción.
Según las autoridades boricuas, las obras están casi listas en las 45 primeras casas que se benefician del plan, pero no hay nada completado.
Para muchos puertorriqueños, el lento avance del programa se ha convertido en un símbolo de la incapacidad del gobierno para abordar los efectos del desastre en el largo plazo.
“Hablan de muchos miles de millones de pesos, pero eso no se ve”, dijo Sergio Torres, alcalde de Corozal, una localidad en las montañas del norte. En su municipalía hay todavía 60 casas con tejados de lona azul y dos familias siguen en refugios en escuelas. “Eso es la orden de vida”.
María barrió Puerto Rico con vientos de 249 kilómetros/hora (155 mph) y su ojo pasó ocho horas sobre el territorio, destruyendo la red eléctrica y causando daños estimados en más de 100,000 millones de dólares. Se estima que 2,975 personas murieron tras su paso.
Fuente: AP.