Por Gabriel Cruz «Cruzman”
Asesor Nacional de Educación del CDP.
Vergüenza gremial periodística en desaparición: Error tras error
¡Increíble! Los dos gremios principales de periodistas y el de comunicadores del país, el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y los del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), respectivamente, realizaron una rueda de prensa el pasado martes en favor de los periodistas y comunicadores señalados supuestamente en recibir dinero de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Mi comentario no es si recibieron tal dinero o no, problema de ellos. Me preocupa cómo miembros y directivos de ambos gremios realizaron tan lúgubre rueda de prensa sin que ni siquiera estuvieran presentes los actores a los cuales se hace tal atribuciones.
Lo que más indigna es cómo un día después, ayer miércoles, el periodista Marino Zapete, uno de los mencionados, al ser entrevistado en el programa del Grupo SIN “El Despertador”, se despacha de manera indecente y mal agradecida, en que no es miembro del Colegio de Dominicano Periodistas, queriendo dejar dicho que le importa un bledo esta institución y su defenza.
“Lo que yo sí sé y me importa, es que Marino Zapete nunca en su vida ha tenido que ver con esa institución (USAID); que nunca he estado en ninguna ONG, es más, yo no soy miembro ni del Colegio de Periodistas, que es a la institución que debería pertenecer, porque de alguna manera he sido un lobo solitario”, refirió Marino Zapete ante una pregunta del periodista Esteban Delgado.
Ahora bien, lo más insólito es, cuándo fueron convocados los comités ejecutivos del CDP y SNTP para que se aprobara esta rueda de prensa y tales declaraciones.
Tanto el CDP como el SNTP está obligado sólo a defender a sus miembros más no a aquel periodista o comunicador que no tiene el mínimo interés en formar parte. Pero, peor aún, menos deben proteger a uno que siente hasta vergüenza y satisfacción en decir que no es miembro.
Los actuales dirigentes que presiden nuestros gremios deben tener la suficiente dignidad para representarnos con decoro, pero sólo a aquellos que sí creemos en ambas instituciones.
También deben ser líderes que consulten a sus directivas, ni por asomo volver a tomar decisiones sin la aprobación en consenso y con ello, evitar que hoy se nos vea como el hazme reír de la sociedad.